miércoles, 23 de febrero de 2011

Carpe Diem...

Hace tiempo que me fascina la obra de Baudelaire, su forma de expresar lo sórdido, lo grotesco, de forma bella y atrayente. Aqué os dejo un poema suyo que habla sobre el paso del tiempo, El Reloj.
El reloj

¡Reloj!, dios implcable, siniestro, solapado,
cuyos dedos: "¡Recuerda!" dicen amenazantes;
lo mismo que en un blanco, los dolores vibrantes
han de ir a clavarse en tu pecho aterrado.

Semejante a una silfide detrás de un bastidor,
huirá hacia el horizonte el placer la caricia;
cada instante devora un trozo de delicia
al hombre concedida, mustia un poco la flor.

Tres mil seiscientras veces a la hora, el segundo
nos repite: "¡Recuerda!", con seca voz de insecto.
El ayer dice soy el ahora, y en efecto,
me he chupado tu vida con este labio inmundo.

"¡Remember! ¡Esto memor! ¡Acuérdate!" (Sonoro
hablo todas las lenguas con gorja de metal)
El minuto es la ganga, ¡oh, inconsciente mortal!,
de la que es necesario extraer todo el oro.

"¡Recuerda!" Porque el tiempo es jugador tenaz
que nos gana sin trampa, golpe a golpe, lo sé.
Cae el día, ya viene la noche. "¡Acuérdate!"
Se agota la clepsidra; el abismo es voraz.

Se acerca ya la hora en que el divino azar,
o la augusta virtud, tu esposa aún intocada,
o el arrepentimiento (¡oh postrera posada!)
te dirán: "¡Muere al fin, viejo loco de atar!"
- Charles Baudelaire.

2 comentarios:

  1. ¡Tampoco tiramissú, ni nada italiano! Menuda pesadilla!Y el gato? Siempre el Corleone acaricia un gato...

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  2. Pues no hubo gato... Si no me daba un soponcio por el realismo xD

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