jueves, 3 de febrero de 2011

Poesía: Era allá...

Era allá, bajo los grandes arcos de la muerte,
color de sueño y de dolor, en planicies eternas
con sabor a Egipto y al silencio,
en la tierra perfecta del adiós y de nunca;
país de tras Poniente y tras la luz, hora ajena
en el eje de ya nadie, contemplación sin fin de nada en nada,
cruz de fuego y espejo tras cascadas de sangre
imposeída, allá, todo el allá que el grito
del infante fuera un día; era allá y aún más lejos,
por llanuras nevadas de mitos sin retorno,
con eclipses y frentes sin hora ni presencia,
en un haber ya sido y cuando fuera,
en un ya ser cumplido lo esperado,
en un total vacío; era allá, más allá, muy allá
del país del Origen y del viento funeral de la noche,
un clamar de la estrella al fondo del abismo,
una sima y un sexo crujiendo como escarcha,
más lento y más allá.
más, muy lejos eterna la geometría perfecta,
el descanso absoluto, el haber sido, bien igual a no haber sido,
allá frente a mares que braman de ágilas insomnes,
desde torres auscultan el eco de los vientos,
en tardes sin dulzura ni oración,
en caminos sin rastro de destino,
por huertos ya vacíos desde siglos,
junto a pozos cerrados por el dolor del tiempo. Solo.
Allá, siempre allá, y un recuerdo que cruza,
como un ave perdida, la dudad de haber sido
cuando la rosa fuera.
Paz. Suma paz. Los arcos de la muerte tras la arena.
El juego del dios sol. La recta pura.
Perfecta perspectiva, línea inerte,
un dolor en el alma del que hubiera llegado
allá, bien allá, a donde muchos, tal vez todos
por muchos caminos llegan.

Alfonso Vázquez Alonso.
19 - 10 - 1975


No hay comentarios:

Publicar un comentario